Ante
mí, te subes a la mesa,
abriéndote,
ofreciéndome
tu esencia con palabras calladas.
Acerco
mi cara a tu centro vertical,
acaricio
tu piel,
aspiro
tus aromas, limpios, antiguos,
te
miro con los ojos entornados,
la
boca abierta y la lengua dispuesta...
Con
voz temblorosa de placer, comienzo:
"En
un lugar de La Mancha..."
Cuarenta y ocho palabras para expresar el auténtico deleite de disfrutar de una buena lectura.
ResponderEliminarUna vez más, felicidades por tu poesía.