sábado, 23 de abril de 2016

Líbrica

Ante mí, te subes a la mesa,
abriéndote,
ofreciéndome tu esencia con palabras calladas.
Acerco mi cara a tu centro vertical,
acaricio tu piel,
aspiro tus aromas, limpios, antiguos,
te miro con los ojos entornados,
la boca abierta y la lengua dispuesta...
Con voz temblorosa de placer, comienzo:

"En un lugar de La Mancha..."